5 de septiembre de 2021 – A punto de convertirse el 7 de septiembre en el primer país del mundo que introduce el bitcoin como moneda de curso legal en su sistema monetario, El Salvador se enfrenta a las reservas, e incluso la oposición, que esta decisión genera entre sus ciudadanos.
Casi tres meses después de que la Asamblea Legislativa de El Salvador aprobase la ley Bitcoin -destinada a regular esta criptomoneda como una moneda de curso legal ilimitado en cualquier transacción y a cualquier titulo que la personas naturales o jurídicas públicas, o privadas requieran realizar-, los ciudadanos siguen a la espera de que el gobierno explique las normas que conforman dicha iniciativa, así como en qué consistirá ni qué beneficios traerá la adopción del bitcoin en una economía dolarizada como la suya.
A pesar de la inquietud de los ciudadanos respecto a esta medida, el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, mantiene que será buena tanto para ellos como para la economía del país. Por ese motivo, ha seguido adelante con sus planes, desplegando cientos de cajeros automáticos de esta criptomoneda por todo el país, en los que los salvadoreños podrán convertir los bitcoin en dólares estadounidenses y retirarlos en efectivo. Según Bukele, con esta moneda digital, los salvadoreños que viven en el extranjero no tendrán que pagar las comisiones de las remesas, que en 2020 supusieron casi una cuarta parte del PIB de El Salvador.
En contra de la volatilidad y la opacidad del bitcoin
A finales del mes de agosto, la oposición al bitcoin desembocó en protestas ciudadanas en las calles de San Salvador. Al grito de «¡No al lavado de dinero corrupto!» y «No queremos bitcoin», los manifestantes denunciaron que, mientras el dólar americano -la moneda oficial del país hasta la fecha- ha demostrado ser estable a lo largo del tiempo, el bitcoin es conocido por cambiar constantemente de valor, además de posibilitar el blanqueo de capitales.
Las protestas se englobaron dentro de una movilización más amplia, encabezada por los pensionistas para reivindicar una subida de las retribuciones. En lo referente al bitcoin, este colectivo mostró su preocupación por el efecto que tendrá en su poder adquisitivo en tiempos de volatilidad.
Los salvadoreños no son los únicos que han mostrado reticencias ante la decisión del presidente Nayib Bukele. Según Business Insider, tanto Moody’s como Fitch Rating aludieron los elevados riesgos a la baja de esta iniciativa y su precipitada aplicación como el motivo de la rebaja la calificación de la deuda soberana de El Salvador y de las aseguradoras locales.