Oubiña lleva a juicio la serie Fariña por dibujarle «como un monstruo»

19 de noviembre de 2023 – El exnarco exige a la productora 1,5 millones en una vista oral que se celebrará este martes.

En la primera escena de la serie televisiva ‘Fariña’, el exnarcotraficante gallego Laurano Oubiña, interpretado por el actor Carlos Blanco, aparece manteniendo relaciones sexuales con su segunda esposa, Esther Lago —en la piel de la actriz Eva Fernández—. Cuando Oubiña vio ese capítulo, que se emitió por primera vez el 28 de febrero de 2018 en Antena 3, en ‘prime time’, montó en cólera. Su abogado considera que esa recreación de su personaje constituye un atentado contra el derecho al honor y a su propia imagen. Por esa y otras escenas, el exnarco sentará el martes en el banquillo a los responsables de la serie, a quienes reclama una indemnización de 1,5 millones de euros por daños morales.

La causa llega a juicio después de que en el acto de conciliación no hubiese ‘fumata blanca’ porque Atresmedia, Netflix y Bambú Producciones se negaron a abonar al capo gallego el dinero que les pedía. Por eso será en la sala de vistas del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 3 de Vilagarcía de Arousa (Pontevedra) donde se dilucidará el futuro de la causa, a donde llegó de rebote después de que un juzgado de Madrid —donde inicialmente se presentó la demanda— se inhibiera en favor de los juzgados gallegos. Allí se decidirá si es verdad que, como denuncia Oubiña, determinadas escenas violan los derechos fundamentales de uno de los más famosos narcos de las últimas décadas.

Varios testigos

Están citados para testificar representantes de las compañías demandadas y el periodista Nacho Carretero, autor del libro sobre el narcotráfico gallego de título homónimo en el que se inspira la serie televisiva. No tendrá que declarar Oubiña, porque no lo solicitaron los demandados, pero el excontrabandista tiene previsto dejarse ver igualmente a las puertas de los juzgados vilagarcianos.

La serie televisiva está basada en el libro pero, en muchos casos, mediante una interpretación muy libre de lo que Carretero recoge en sus páginas. Por eso, el abogado de Oubiña, Jorge Paladino, llama a declarar al periodista: para evidenciar las diferencias entre la obra escrita y la recreación audiovisual, en la que, a su juicio, el exnarcotraficante sale muy mal parado con un relato de «hechos que no son ciertos» y que «perjudican la imagen» de su cliente, sostiene su demanda.

La demanda presentada detalla capítulo por capítulo —son un total de diez episodios— esas escenas que son «una mera y burda invención» y que, para su abogado, provoca que Oubiña tenga que «pagar socialmente por hechos que no ha cometido». Esa escena inicial de sexo, por ejemplo, para el letrado de Oubiña traslada una imagen «soez, burda y de mal gusto» del protagonista, «con intención de ser usada como gancho para obtener más audiencia». En cambio, Ramón Campos, productor ejecutivo de Bambú, uno de los testigos citados para el juicio, defendió en su momento en ABC que «no es una secuencia de sexo gratuita» y tiene «razón de ser» dentro de la trama basada en hechos reales.

Pero no son solo las escenas de sexo —esa del primer capítulo no es la única— las que molestan al exnarcotraficante. En ese mismo episodio, se recrea una supuesta reunión de Oubiña con otros contrabandistas en la que se muestra que deben aportar dos millones de pesetas para financiar la campaña electoral de un político que resultaría ser —como se desvela en episodios posteriores— el expresidente de la Xunta Gerardo Fernández Albor. «Esos hechos no son ciertos y perjudican la imagen de mi cliente y atentan contra su honor, puesto que en su vida ha visto al señor Fernández Albor delante suya, ni ha aportado jamás dinero para sus campañas políticas», recoge la demanda.

Tráfico de cocaína

Otras escenas —en varios capítulos— sugieren que Oubiña se dedicó a la cocaína cuando el excapo, que hizo fortuna con el contrabando de tabaco y se convirtió en el rey del hachís de las Rías Baixas, siempre ha presumido de no haber traficado nunca con esa sustancia —aunque hay investigadores que lo ponen en duda—. En todo caso, nunca fue condenado por delitos relacionados con el tráfico de cocaína.

En definitiva, la demanda lamenta que se caracterice a Oubiña —que en la serie aparece con su nombre real— como «violento, machista, traficante de cocaína, vicioso, infiel, irrespetuoso, arrebatado, bruto, necio y vengativo» —entre otros calificativos en los que se recrea el texto—. Su abogado asegura que dibujarle en la serie «como un monstruo» le generó problemas personales con sus diez hijos, tanto con los ocho de su primer matrimonio como con los dos que tuvo con Esther Lago —fallecida en 2001—.

Recuerdan también que Oubiña, al salir de prisión, donde pasó más de dos décadas cumpliendo varias condenas por narcotráfico y blanqueo de capitales, se dedicó a recorrer ferias y mercados gallegos vendiendo un libro escrito por él y camisetas sobre su persona. Y que en el momento de la presentación de la demanda —en octubre de 2020—, el excontrabandista «sobrevivía» con una pensión mensual de 392 euros. Insistiendo en que su cliente tiene peor fama que fortuna, su abogado añade que hasta tuvo problemas con varios bancos «para poder aperturar una simple cuenta de ahorro».

El ‘secuestro’ judicial del libro, la otra causa derivada del éxito de la obra

La pelea judicial de Laureano Oubiña en defensa de su honor no fue el único frente judicial abierto como resaca del éxito editorial —y luego televisivo y hasta teatral— del fenómeno ‘Fariña’. El exalcalde de O Grove (Pontevedra) Bea Gondar intentó también, en su momento, abrir otra batalla en los tribunales. Consiguió el ‘secuestro’ judicial temporal del libro de Nacho Carretero, pero al exregidor le acabaría saliendo caro el tiro por la culata: finalmente tuvo que pagar al autor y a la editorial, Libros del KO, una indemnización de 16.000 euros. La prohibición cautelar de la venta del libro por parte de una jueza, que duró tres meses, coincidió en el tiempo con el estreno de la serie, privando a la editorial de venderlo cuando más expectativas tenía. Igual que después Oubiña con la versión televisiva, Gondar, que aparece en algunas páginas del libro, consideró que ‘Fariña’ vulneraba su derecho al honor. El exalcalde también reclamaba, sin éxito, medio millón de euros.

Leer artículo original: