20 de marzo de 2022 – Interior y Defensa empezaron a detectar estos movimientos hace cinco años y constatar su proliferación desde hace tres.
El motor industrial del noroeste en España no es ajeno al afán inversor ruso en Europa. Vigo, por su orientación al Atlántico, tejido empresarial, estatus de reputado puerto en el transporte transoceánico de mercancías, astilleros o el movimiento anual de miles de contenedores, ha ido ganando peso como objeto de deseo de capitales procedentes de Rusia que llegaron para quedarse y medrar. Comenzó a detectarse hace unos cinco años, y se constató su enraizamiento hace tres. La invasión organizada por su Gobierno contra Ucrania ha situado en el punto de mira por igual a inversores, empresas y fortunas privadas en todo el mundo. No por su genética rusa o el recelo internacional que actualmente genera todo lo vinculado con el país y su régimen autocrático; y sí por el origen opaco de buena parte del dinero que moviliza.
La situación de Vigo preocupa en los ministerios del Interior y de Defensa —al que pertenece el Centro Nacional de Inteligencia (CNI)— de España. No poder dilucidar la trazabilidad de todo el capital que desembarca genera recelo entre quienes escudriñan estos movimientos financieros y a las personas y sociedades que los mueven. En Galicia, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), residen 1.137 ciudadanos de nacionalidad rusa. Nada que ver con las principales colonias asentadas en el país. Altea, en Alicante, principalmente, con más de 16.000 rusos e, incluso, sus propios templos de culto ortodoxo. La Costa del Sol, Cataluña o las Islas Baleares suponen los otros refugios y centros financieros. Allí disfrutan de megayates, más fortunas opacas y suntuosas propiedades inmobiliarias. Un escenario aún alejado de la realidad gallega e, incluso, del norte del Portugal, con operaciones financieras que también despiertan sospechas.
En el ayuntamiento de Monção, en la raia húmeda, frente a Salvaterra, hace unos tres años se vendió una quinta con viñedos por dos millones de euros. El valor real de la operación varió entre los tres y cuatro millones, recibiendo al beneficiario el resto del cobro en negro. Él es oriundo de Monção, aunque tiene también nacionalidad española; mientras que el comprador procede del gigante del Este. Ya en Vigo, el desembarco de capital procedente de Rusia es fácilmente constatable. En el 2020 se inauguró un consulado honorario en la ciudad; una figura que surge por la presencia de ciudadanos del país en la zona y por el interés económico del país en la misma. También, fundamental, tiene que existir interés del Estado anfitrión para autorizarlo. En el caso de Vigo, la persona que está al frente es Pedro Mouriño, que al tomar posesión del cargo en el 2020 se definió, en una entrevista en La Voz, como «prorruso» y a la nación que gobierna Putin como «un país completamente libre».
La oportunidad del covid
Rusia, poco después, hizo públicos sus intereses en la ciudad de Vigo y su área para exprimir una oportunidad brindada en bandeja por la pandemia. En marzo del 2021, la empresa IberAtlantic, con sede en Vigo, estuvo en negociaciones con el Fondo Ruso de Inversión Directa y la biofarmacéutica Zendal, con sede en O Porriño (Pontevedra), para producir la vacuna rusa Sputnik V en España. Datos que constatan el interés de Rusia en esta parte del mundo, pero en donde no todos esos intereses son cristalinos como el agua de las Rías Baixas. «La falta de colaboración por parte de Rusia para conocer el origen del dinero que se pretende invertir, los intereses reales de algunas personas, o su pasado, agranda el recelo ante ciertos movimientos empresariales», reconocen fuentes de los ministerios que siguen los pasos de estos inversores y del desembarco de su parné en el motor financiero del noroeste de España.
Rusia no ayuda a la Agencia Tributaria a esclarecer el origen del dinero que llega a España
Solo Aduanas de la Agencia Tributaria ha detenido en España a 78 ciudadanos de nacionalidad rusa desde el 2003. En su mayor parte por delitos de narcotráfico (67 personas). Del resto, cinco fueron por blanqueo de capitales, cinco por contrabando de tabaco y uno por trata de seres humanos, añaden en Aduanas. A mayores, 390 ciudadanos rusos han sido investigados, imputados o implicados en diferentes delitos. La mayor parte, relacionados con el contrabando de tabaco (285). Le siguen los delitos contra la propiedad industrial y blanqueo de capitales (ambos con 41 personas). Destacan las operaciones Kaveas (2013), Zakatín (2018).
A mayores, considerados peces gordos difíciles de desenmascarar, millonarios que se ocultan en mansiones en Marbella o Altea. Hasta el mismísimo Putin fue ubicado en el verano del 2019 disfrutando de unos días de vacaciones en la lujosa urbanización Altea Hills. La misma en la que, ya en el 2021, un operativo de la Policía Nacional contra la mafia del Este arrestó a 21 personas. Entre ellas, el considerado líder, un abogado de origen ruso.
Malta o Luxemburgo
Ya en Mallorca, explica la Agencia Tributaria en el isla, el escenario revela un oscuro movimiento de dinero internacional: «Hablamos de millones de euros que entran mediante sociedades constituidas muchas veces en países opacos. Incluso de la Unión Europea, como Malta o Luxemburgo, mediante ampliaciones de capital, préstamos o inversiones». Se concentra en Mallorca e Ibiza y se destina a la compra de yates, residencias lujosas o empresas. «El precio del suelo no deja de subir tienen y lujo. Hay cinco de horas de vuelo desde Moscú hasta Mallorca, vienen en aviones privados casi todos los fines de semana del año. Para ellos, nuestro clima, aunque sea en marzo, es muy bueno», añaden en la Agencia Tributaria.
Las mismas fuentes reiteran la falta de colaboración de las autoridades rusas al analizar el origen del dinero que portan oligarcas y millonarios de Rusia en España. Ya sobre la relación entre estos potentados con el Kremlin, la conclusión resulta elocuente: «Es difícil que en un régimen autocrático como el de Rusia pasen cosas, o existan fortunas opacas, si sus autoridades no lo desean y consienten».