13 de noviembre de 2021 – El lavado de dinero no solo debe provocar al sistema financiero nacional, sino que también debe alentar a los bancos y operadores económicos a tomar medidas para prevenir posibles efectos en la economía del país.
Se disfraza el fondo producto de las actividades ilícitas, que se integra a la economía del país de diversas formas con el fin de darles «legitimidad».
Esto es lo que pide el economista Jorge Benavides, quien cree que la supervisión de los bancos costarricenses muchas veces no es la forma ideal de evitar el lavado de dinero.
“Hay redes de blanqueo de capitales en el país que ni los propios bancos han podido detectar. Las estrategias del sistema financiero nacional para detectar movimientos sospechosos están desactualizadas y no funcionan, es hora de tomar acciones más concretas porque los bancos no apoyan al Poder Judicial, explicó Benavides.
Otro gran problema citado por el economista fue la permeabilidad del estado costarricense a la corrupción.
Solo este año, se han presentado dos casos importantes relacionados con la participación de las autoridades públicas en la legalización del capital.
“Tenemos un gran problema ético en las operaciones públicas. Los grupos criminales se infiltran en el estado comprando conciencia. Informar sobre transacciones de más de $ 10,000 no es suficiente, necesitamos más control ”, agregó Benavides.
El blanqueo de capitales es el proceso mediante el cual la fuente, el destino o el uso ilegal de bienes o fondos se disfrazan como resultado de actividades ilegales y que se integran de diversas formas en la economía de un país para darles «legitimidad».
Los fondos se generan a través de actividades ilícitas o delictivas como el narcotráfico o el narcotráfico, el contrabando de armas, la corrupción, el fraude, la prostitución, la extorsión, la piratería y, más recientemente, el terrorismo.